Apenas unas horas antes del lanzamiento, la NASA consiguió resolver el problema que obligó a abortar el lanzamiento apenas tres horas antes del despegue el pasado 13 de julio. Entonces, los técnicos detectaron un fallo en un sensor del tanque de combustible que para el motor cuando el nivel de hidrógeno y oxígeno líquido es demasiado bajo. De haber interrumpido el funcionamiento del motor durante el lanzamiento, el resultado habría sido catastrófico.
Los técnicos han pasado dos semanas tratando de solucionar el problema, y al final optaron por cambiar los cables de los sensores para evitar que dieran señales erróneas. Por el momento, la solución ha funcionado.
|